viernes, 25 de julio de 2014

SOLO PARA FOTOGRAFOS: AMELIA ANDRADE

 Ella es Amelia Andrade, fotoperiodista,  madre de Kristel, admiradora de Mafalda, observadora de detalles y cronista de imágenes. En esta entrevista nos cuenta de sus inicios en el fotoperiodismo y deja bien en claro que lo suyo está en la calle, ahí donde nacen las historias que ella y su cámara contarán.

Cuéntanos, ¿cómo te iniciaste en este oficio de contar historias con imágenes?
- Todo empezó con una pasantía en diario Meridiano,  estaba terminando mis estudios universitarios y quería trabajar. Así que un buen amigo me recomendó con otro buen amigo y al final llegué donde Humberto Parra más conocido como "Parrita", que en esa época era el Jefe de Fotografía de diario Meridiano. Casi dos años trabajé en ese diario y durante ese tiempo "Parrita" fue mi maestro y un buen amigo.

¿Te acuerdas de la primera foto que tomaste profesionalmente?
- Mi primera foto profesional... déjame recordar...  esa la tomé cuando estaba en diario Meridiano. Me pidieron que acompañe a un periodista que iba a entrevistar  a un político. Hace casi veinte años de eso. Te cuento que el periodista sigue trabajando, claro que en otro medio de comunicación, pero el político hace rato que se jubiló.

¿Qué te hizo decidir por este oficio?
- Creo que la necesidad de expresarme, de contarle historias a la gente de alguna forma, a través de mis fotos, desde mi óptica, desde lo que veía a través del lente.

¿Qué buscas antes de apretar el disparador?
- Busco primero hacer un buen encuadre, una composición. Claro que antes tengo por norma ambientarme, por eso cuando llego al lugar donde debo hacer las tomas, lo recorro, buscando los mejores ángulos, con las personas es igual, me fijo en sus detalles, en sus gestos más característicos.

Amelia, junto a sus compañeros de AEFA (Asociación Ecuatoriana de Fotoperiodistas y Anexos) en una de las múltiples reuniones que organizan para coordinar proyectos que mejoren la situación del gremio.
Del revelado del rollo a la fotografía digital. ¿Se perdió algo en el camino?
- Pues creo que no mucho, quizás el entusiasmo que sentías cuando en la bandeja de revelado se iba formando la imagen. Ahora con la cámara digital todo es inmediato. Haces clic e inmediatamente visualizas la toma.

¿Crees que la fotografía digital aumentó la cantidad de buenos fotógrafos?
- Definitivamente no. La fotografía es un arte, debes sentir la vocación para dedicarte a este trabajo. En la actualidad lo que ha aumentado es sólo la cantidad de fotógrafos, la calidad es otra cosa.

En el homenaje que
la asociación de fotoperiodistas  le organizó a Humberto Parra “Parrita”.
¿Crees que el retoque de la foto es parte de la fotografía o depende del usuario?
- Depende del tipo de fotografía. Si es fotografía periodística,  soy de las que cree que no se deben manipular para nada. Hay polémica siempre en este tema. Ahí está el caso de Paul Hansen, que recibió el premio a la mejor foto nada más y nada menos que de la World Press Photo y después se armó un lío cuando se descubrió que la foto había sido retocada.
Claro que si se trata de fotografía comercial, eso es otro tipo de trabajo y creo que ahí si es necesario retocar para poder obtener lo planificado.

¿Qué crees tú que se necesita para ser un buen fotógrafo? ¿Se nace o se aprende?
- El buen fotógrafo se hace, a la vocación le suma  experiencia y estudio.
Si la fotografía muestra una realidad sea cual sea, hay algún límite para publicarla?
- Creo que siempre hay que pensar que es lo que queremos obtener con la publicación de la fotografía. Si publicarla ayuda a denunciar una situación o si sólo sirve para alimentar el morbo de la gente.

Hablemos de la LOC, el título de comunicador también se le exige a los periodistas gráficos. ¿Qué opinas sobre esto?
Qué está correcto, estoy de acuerdo con esta exigencia. Las personas tenemos que avanzar siempre al mismo ritmo que avanza la tecnología. De la fotografía análoga pasamos a la digital y ese cambio implicó aprender cosas nuevas. Para nosotros los fotógrafos la capacitación debe ser constante. No por exigencia de una ley sino por iniciativa propia.


Hace un tiempo atrás, un diario despidió a todos sus fotógrafos y le dio un Iphone a sus reporteros, ¿qué opinas de esto?
Me enteré del caso,  los reporteros presentaron las notas con sus fotos. Pero entre esas fotos y las que habían tomado los fotógrafos de otros medios del mismo evento había grandes diferencias.  No digo que el redactor o el periodista no pueda tomar la foto, pero definitivamente lo hace bajo otra óptica. Nosotros los fotográfos sabemos que nuestra foto va a contar una historia.

¿Cuál ha sido tu fotografía más difícil o compleja de obtener?
Creo que lo difícil viene con las circunstancias en que realizo mi trabajo. Podrían ser las que tomo en una cobertura internacional, y es porque en ese momento no sólo represento al medio de comunicación sino también al país.

¿Un personaje al que fotografiaste y que te haya impresionado?
¿Un personaje?... Quino, el papá de Mafalda.  Estuvo de visita en Ecuador hace unos años atrás y tuve la oportunidad de ir a hacer la cobertura de esa visita. Me emocionó mucho conocerlo y durante la entrevista le tomé muchas fotos, hasta que al  final me decidí y le pedí una foto conmigo para mi álbum de los recuerdos. Quino se portó super amable y accedió,  por ahí anda esa foto en donde salgo con una cara de contenta.

¿Una foto que te hubiera gustado tomar?
Sabes que me gusta mucho la música clásica, tengo la suerte por el trabajo que hago, de haber estado en algunos eventos de la Orquesta Sinfónica del Ecuador, pero creo que me gustaría también tomarle fotos a la Orquesta Sinfónica de Viena. Espero que algún día se de esa oportunidad.

¿Un consejo para aquellos que quieren aprender el oficio?
Primero que les debe gustar lo que hacen, si no es así, pues vayan buscando otra profesión. Y si descubren que esto es lo que quieren hacer el resto de su vida, pues a prepararse, a estudiar y a tomar las mejores fotos.


• AMELIA ANDRADE: Una mujer fotógrafa que en su trabajo no pide ni tiene un trato diferente por ser mujer, trabaja de igual a igual con un varón, salvo algunas gentilezas de parte de sus colegas que nacen de la amistad.


Por: Yazmín Bustán




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