SEGURIDAD
De Tel Aviv a Tolemaida
Un grupo de ex militares israelíes asesora al alto mando de las 
Fuerzas Armadas en inteligencia. ¿Será que con ellos sí se logrará 
capturar a la cúpula de las Farc?
Fecha: 08/04/2007 -1318
En Colombia cuando se habla de asesores militares israelíes, un 
nombre salta a la memoria de la gente: Yair Klein, un teniente 
coronel retirado del Ejército de Israel que a mediados de los años 
80 entrenó a los primeros grupos de sicarios al servicio del 
narcotráfico. Los paramilitares hicieron que el sangriento legado del 
mercenario perdurara por dos décadas de masacres, torturas y 
terrorismo. Después de Klein, el tema de los asesores israelíes se 
convirtió en un tabú. Hasta esta semana, cuando el ministro de 
Defensa, Juan Manuel Santos, confirmó que su despacho contrató 
a un grupo de israelíes para que asesoren a las Fuerzas Militares. 
Las suspicacias no se hicieron esperar. El anuncio coincide con 
exacerbados rumores sobre la presencia de mercenarios 
extranjeros en varias zonas del país, y después de que las Farc 
dijeran que un comando de este tipo habría atacado el campamento 
en donde estaban los 11 diputados del Valle.
¿Por qué hay asesores israelíes en Colombia? ¿Quiénes son? 
¿Qué hacen? El año pasado, después de ser nombrado como 
Ministro pero antes de posesionarse, Santos viajó a España para 
asistir a una reunión del Centro Internacional de Toledo para la Paz. 
Allí se encontró con su amigo el ex canciller israelí Shlomo Ben Ami, 
con quien tuvo un intercambio sobre las principales dificultades que 
encontraría en el Ministerio, particularmente en el área de 
inteligencia. Ben Ami le recomendó contratar un grupo de ex 
oficiales de su país que asesoraron al propio gobierno de Israel en 
esta área, y que incluso aconseja a algunos gobiernos estatales de 
Estados Unidos.
Los israelíes viajaron a Colombia por primera vez el año pasado 
para conocer el conflicto de un país que hasta ese momento les era 
totalmente ajeno. En abril de este año se firmó el contrato con el 
Ministerio y empezó en firme su misión. El grupo está compuesto 
por varios oficiales retirados del Ejército de Israel, cuya cabeza es 
un general al que acompañan de manera permanente dos 
coroneles, otro oficial de bajo rango y tres traductores argentinos, 
pues ninguno habla español. Hay otros asesores que viajan al país 
cuando se les necesita para una conferencia o un entrenamiento 
muy especializado.
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La base de operaciones de este grupo está en la base de 
Tolemaida (Nilo, Cundinamarca), y su injerencia es al más alto nivel, 
pues están trabajando en dos áreas que son críticas en todo el 
sector defensa: mejorar la inteligencia, y los procesos de comando y 
control. En otras palabras, tratar de arreglar el caos que hay en 
estas áreas. La asesoría ya ha arrojado frutos. Uno de ellos son las 
entrevistas que se les hacen a los desmovilizados. Éstas eran 
hechas por funcionarios sin una preparación especial. Ahora, son 
interrogados con todas las técnicas que los israelíes han propuesto, 
para sacar el máximo provecho a la información.
También están proponiendo mecanismos para blindar la 
información. “Nos están enseñando a mantener el secreto, a 
transformar la información en operaciones y a evitar que todos los 
que están en esta tarea quieran salir en los periódicos”, dijo uno de 
los funcionarios de inteligencia que los ha tenido como maestros. 
“Son una especie de sicoanalistas. Nos hacen las preguntas que 
son y nos ayudan a ver todos los problemas que tenemos y que no 
vemos” , dice Sergio Jaramillo, viceministro de Defensa. Pero así 
como suscitan tanto entusiasmo entre militares y algunas agencias 
de inteligencia, en otros sectores han suscitado preocupación.
Las críticas no se han hecho esperar. Muchos se preguntan por 
qué el Ministro recurrió a un grupo privado –considerado 
mercenario– y no directamente al gobierno de Israel, o a otros 
gobiernos como el norteamericano o el británico que ya tienen 
cooperación con Colombia en materia de inteligencia. La 
explicación oficial es que la misión de estos hombres es 
permanente y altamente especializada. Y se necesitaba con 
urgencia para reestructurar todo el tema de la inteligencia. “Son los 
mejores del mundo”, le dijo a SEMANA un alto oficial. De todos 
modos, el gobierno de Israel sabe de esta asesoría. Así como lo 
saben en Washington y Londres. Oficialmente, todos lo aceptan, 
pero en muchas agencias de inteligencia hay incomodidad, pues 
mientras los gobiernos de esos países le ayudan a Colombia, a 
costa de sus impuestos, el gobierno está pagando varios millones 
de dólares a estos israelíes. Aunque el Ministerio de Defensa se 
negó a dar la cifra exacta del contrato, fuentes extraoficiales dicen 
que sobrepasa los 10 millones de dólares.
La otra gran duda que suscita esta asesoría es la idiosincrasia de 
los militares de ese país. Israel ha construido todo su aparato de 
seguridad alrededor de su supervivencia como nación. En esa 
lógica, ha sido permisivo con prácticas y métodos cuestionables. En 
particular, el Mossad ha protagonizado escandalosos casos de 
operaciones encubiertas fuera de su territorio, como el 
envenenamiento de un miembro de Hamas en Jordania hace 10 
años y el asesinato de varios líderes de Hamas en Gaza. Aunque 
no es el Mossad quien está dando lecciones, sino ex miembros del 
Ejército, eso tampoco tranquiliza. Varios informes sobre Irak, y en 
particular sobre la cárcel de Abu Ghraib, destacaron la presencia de 
ex militares israelíes en los interrogatorios ocurridos allí. Lo que no 
quiere decir, por supuesto, que todos actúen de la misma manera. 
“Hubiese sido mejor apoyarse en los británicos, que tienen un buen 
sistema de inteligencia y un mejor estándar en derechos humanos”, 
dice Laude Fernández, experto en seguridad.
De otro lado, tampoco está claro que todo contratista extranjero, 
incluso si es privado, sea un mercenario. En las guerras 
contemporáneas, generalmente con enemigos globales como el 
terrorismo o el narcotráfico, se acude con mayor frecuencia a 
grupos que prestan servicios logísticos o técnicos, aunque no van al 
campo de batalla. Más que proscribir esta práctica, se debe pensar 
en la manera de ejercer control. Porque mientras los asesores 
extranjeros que vienen en misiones oficiales están sujetos a 
acuerdos y normas internacionales, no ocurre lo mismo con los 
privados, lo cual hace débil su vigilancia. En el caso de los 
contratistas que se encuentran en Tolemaida, el Ministerio dice que 
no salen de allí. “Ellos no tienen nada que ver con operaciones. 
Todo apunta es a la reestructuración de la inteligencia”, le dijo el 
ministro Santos a SEMANA.
Nota: Este reportaje de la revista colombiana SEMANA (Abril del 
2007) nos muestra la calidad moral de un gobernante que 
asesorado y respaldado por los señores de la guerra no trepida en 
gastar el dinero del pueblo (millones de dólares) para masacrar al 
pueblo.
Es el mismo que, evidentemente asesorado por sus amigos y 
asesores, hoy pretende enlodar a un gobierno de un país hermano 
que usa el dinero del pueblo en beneficio del pueblo y cuyo único 
norte es la justicia social.
Como dicen en mi tierra "el muerto se asusta del degollado".
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