viernes, 28 de agosto de 2009

COLOMBIA GASTA MILES DE DOLARES EN MERCENARIOS PARA ACABAR CON LAS FARC

SEGURIDAD
De Tel Aviv a Tolemaida
Un grupo de ex militares israelíes asesora al alto mando de las
Fuerzas Armadas en inteligencia. ¿Será que con ellos sí se logrará
capturar a la cúpula de las Farc?
Fecha: 08/04/2007 -1318


En Colombia cuando se habla de asesores militares israelíes, un
nombre salta a la memoria de la gente: Yair Klein, un teniente
coronel retirado del Ejército de Israel que a mediados de los años
80 entrenó a los primeros grupos de sicarios al servicio del
narcotráfico. Los paramilitares hicieron que el sangriento legado del
mercenario perdurara por dos décadas de masacres, torturas y
terrorismo. Después de Klein, el tema de los asesores israelíes se
convirtió en un tabú. Hasta esta semana, cuando el ministro de
Defensa, Juan Manuel Santos, confirmó que su despacho contrató
a un grupo de israelíes para que asesoren a las Fuerzas Militares.
Las suspicacias no se hicieron esperar. El anuncio coincide con
exacerbados rumores sobre la presencia de mercenarios
extranjeros en varias zonas del país, y después de que las Farc
dijeran que un comando de este tipo habría atacado el campamento
en donde estaban los 11 diputados del Valle.

¿Por qué hay asesores israelíes en Colombia? ¿Quiénes son?
¿Qué hacen? El año pasado, después de ser nombrado como
Ministro pero antes de posesionarse, Santos viajó a España para
asistir a una reunión del Centro Internacional de Toledo para la Paz.
Allí se encontró con su amigo el ex canciller israelí Shlomo Ben Ami,
con quien tuvo un intercambio sobre las principales dificultades que
encontraría en el Ministerio, particularmente en el área de
inteligencia. Ben Ami le recomendó contratar un grupo de ex
oficiales de su país que asesoraron al propio gobierno de Israel en
esta área, y que incluso aconseja a algunos gobiernos estatales de
Estados Unidos.

Los israelíes viajaron a Colombia por primera vez el año pasado
para conocer el conflicto de un país que hasta ese momento les era
totalmente ajeno. En abril de este año se firmó el contrato con el
Ministerio y empezó en firme su misión. El grupo está compuesto
por varios oficiales retirados del Ejército de Israel, cuya cabeza es
un general al que acompañan de manera permanente dos
coroneles, otro oficial de bajo rango y tres traductores argentinos,
pues ninguno habla español. Hay otros asesores que viajan al país
cuando se les necesita para una conferencia o un entrenamiento
muy especializado.

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La base de operaciones de este grupo está en la base de
Tolemaida (Nilo, Cundinamarca), y su injerencia es al más alto nivel,
pues están trabajando en dos áreas que son críticas en todo el
sector defensa: mejorar la inteligencia, y los procesos de comando y
control. En otras palabras, tratar de arreglar el caos que hay en
estas áreas. La asesoría ya ha arrojado frutos. Uno de ellos son las
entrevistas que se les hacen a los desmovilizados. Éstas eran
hechas por funcionarios sin una preparación especial. Ahora, son
interrogados con todas las técnicas que los israelíes han propuesto,
para sacar el máximo provecho a la información.

También están proponiendo mecanismos para blindar la
información. “Nos están enseñando a mantener el secreto, a
transformar la información en operaciones y a evitar que todos los
que están en esta tarea quieran salir en los periódicos”, dijo uno de
los funcionarios de inteligencia que los ha tenido como maestros.

“Son una especie de sicoanalistas. Nos hacen las preguntas que
son y nos ayudan a ver todos los problemas que tenemos y que no
vemos” , dice Sergio Jaramillo, viceministro de Defensa. Pero así
como suscitan tanto entusiasmo entre militares y algunas agencias
de inteligencia, en otros sectores han suscitado preocupación.
Las críticas no se han hecho esperar. Muchos se preguntan por
qué el Ministro recurrió a un grupo privado –considerado
mercenario– y no directamente al gobierno de Israel, o a otros
gobiernos como el norteamericano o el británico que ya tienen
cooperación con Colombia en materia de inteligencia. La
explicación oficial es que la misión de estos hombres es
permanente y altamente especializada. Y se necesitaba con
urgencia para reestructurar todo el tema de la inteligencia. “Son los
mejores del mundo”, le dijo a SEMANA un alto oficial. De todos
modos, el gobierno de Israel sabe de esta asesoría. Así como lo
saben en Washington y Londres. Oficialmente, todos lo aceptan,
pero en muchas agencias de inteligencia hay incomodidad, pues
mientras los gobiernos de esos países le ayudan a Colombia, a
costa de sus impuestos, el gobierno está pagando varios millones
de dólares a estos israelíes. Aunque el Ministerio de Defensa se
negó a dar la cifra exacta del contrato, fuentes extraoficiales dicen
que sobrepasa los 10 millones de dólares.

La otra gran duda que suscita esta asesoría es la idiosincrasia de
los militares de ese país. Israel ha construido todo su aparato de
seguridad alrededor de su supervivencia como nación. En esa
lógica, ha sido permisivo con prácticas y métodos cuestionables. En
particular, el Mossad ha protagonizado escandalosos casos de
operaciones encubiertas fuera de su territorio, como el
envenenamiento de un miembro de Hamas en Jordania hace 10
años y el asesinato de varios líderes de Hamas en Gaza. Aunque
no es el Mossad quien está dando lecciones, sino ex miembros del
Ejército, eso tampoco tranquiliza. Varios informes sobre Irak, y en
particular sobre la cárcel de Abu Ghraib, destacaron la presencia de
ex militares israelíes en los interrogatorios ocurridos allí. Lo que no
quiere decir, por supuesto, que todos actúen de la misma manera.

“Hubiese sido mejor apoyarse en los británicos, que tienen un buen
sistema de inteligencia y un mejor estándar en derechos humanos”,
dice Laude Fernández, experto en seguridad.
De otro lado, tampoco está claro que todo contratista extranjero,
incluso si es privado, sea un mercenario. En las guerras
contemporáneas, generalmente con enemigos globales como el
terrorismo o el narcotráfico, se acude con mayor frecuencia a
grupos que prestan servicios logísticos o técnicos, aunque no van al
campo de batalla. Más que proscribir esta práctica, se debe pensar
en la manera de ejercer control. Porque mientras los asesores
extranjeros que vienen en misiones oficiales están sujetos a
acuerdos y normas internacionales, no ocurre lo mismo con los
privados, lo cual hace débil su vigilancia. En el caso de los
contratistas que se encuentran en Tolemaida, el Ministerio dice que
no salen de allí. “Ellos no tienen nada que ver con operaciones.
Todo apunta es a la reestructuración de la inteligencia”, le dijo el
ministro Santos a SEMANA.

Nota: Este reportaje de la revista colombiana SEMANA (Abril del
2007) nos muestra la calidad moral de un gobernante que
asesorado y respaldado por los señores de la guerra no trepida en
gastar el dinero del pueblo (millones de dólares) para masacrar al
pueblo.

Es el mismo que, evidentemente asesorado por sus amigos y
asesores, hoy pretende enlodar a un gobierno de un país hermano
que usa el dinero del pueblo en beneficio del pueblo y cuyo único
norte es la justicia social.

Como dicen en mi tierra "el muerto se asusta del degollado".

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