martes, 2 de diciembre de 2014

ESTA SÍ ES UNA HISTORIA IMPORTANTE

 
Son casi dos millones de perros que viven en las calles ecuatorianas, consumidos por el hambre y la sed, agotados y muchas veces enfermos, no entienden solo sienten el abandono de sus irresponsables e indolentes dueños. 
Aseguran las autoridades de salud que la mayoría de estos perros han tenido dueños, los mismos que se las han ingeniado para abandonarlos y asegurarse que no encuentren el camino de regreso. Hay algunos dueños que aprovechan para exhibir sus impulsos asesinos y cuando sus mascotas les estorban, los suben al carro y en el primer puente con tráfico que encuentran los botan por la ventana.
Entre esos abandonados a su suerte andaba un perro mestizo, uno de esos que llamamos runa, dando vueltas por la zona de Oyacachi, en El Chaco, en plena amazonía ecuatoriana. Hambriento, flaco y casi desdentado este perro buscaba comida y en esa búsqueda  se acercó a un grupo de deportistas que participaba en la Peak Performance  ‘Huairasinchi Explorer 2014’ que es algo así como un Mundial de Deportes de Aventura.

La mirada triste y melancólica de aquel perro llamó la atención de Mikael Lindnord, el capitán del equipo sueco que le lanzó una hamburguesa al perro callejero, sin imaginarse que este noble gesto sería correspondido con una lealtad y fidelidad sin límites.


Hasta ese momento Mikael Lindnord y su equipo ya habían recorrido dos de las cuatro pruebas de la competencia que se había iniciado en Quito y que debía terminar en Mompiche (Esmeraldas). Les faltaban 400 kilómetros por recorrer a este equipo de deportistas de ultra resistencia así que se despidieron del perro y continuaron en la competencia. Cual fue la sorpresa del grupo al ver que el perro los seguía sin importar lo difícil y agreste del terreno por el que ellos caminaban, corrían o bicicleteaban. Los senderos empedrados, el lodo, el clima o los difíciles ascensos no pudieron con la gratitud de este perro que había decidido seguirlos. Mikael propuso que era hora de ponerle nombre al nuevo integrante del equipo y lo llamó Arthur, por que este perro runa caminaba con la altivez, firmeza y valentía de un rey,  como el rey Arturo.
Ya con nombre y reconocido como uno más del equipo sueco, Arthur continuó con la ruta del "Huairasinchi Explorer" hasta que en el último tramo que consistía en la prueba del kayak, el juez del concurso le dijo al equipo sueco que el perro no podía subir al bote.

Mikael pensó que había llegado el momento de la despedida y dejaron a Arthur en tierra firme,  subió con su equipo al bote y empezaron a remar. Cuando a los pocos minutos les llamó la atención un chapoteo cerca de los remos, era Arthur que no se había dado por vencido y nadaba junto al equipo que lo había adoptado. Enseguida lo subieron al bote porque podían lastimarlo con el movimiento de los remos y desde ahí hasta ahora, Arthur y Mikael no se han separado.

Queda el registro de las fotos del equipo sueco llegando a la meta y con  ellos el fiel Arhur. Una vez de regreso en Quito, Mikael decidió adoptar a su incondicional amigo y llevárselo a Suecia.
Pero antes de partir Arhur fue llevado a una veterinaria donde le realizaron exámenes para que pudiera obtener los permisos y viajar sin problemas.

Y así fue como el 19 de noviembre, día en que en el aeropuerto de Tababela, Arhur se despedía de Ecuador para iniciar una nueva vida en Suecia donde según cuentan, hay perritas famosas por lo bellas y graciosas.
Este perro mestizo, mezcla de terrier y de labrador, sobreviviente de las calles y de la maldad humana, encontró una mano amiga, encontró un humano que calmó su hambre y su sed, que palmeó su lomo y acarició su hocico, que lo trató con cariño y con respeto. Y su instinto canino, agradecido lo llevó a seguir a este amigo sin importar lo que compartirían juntos... A esta hora, en que usted está leyendo esta historia, Arthur ya está en Europa, ya tiene una familia a quien hacer feliz con su lealtad, nobleza y cariño.  Y lo que es mejor, esta entrega es correspondida. Pero la alegría por la vida que este fiel perro tendrá me dura poco, porque enseguida pienso en los miles de Arthurs  que se quedan en Ecuador, los abandonados a su suerte que seguirán deambulando por las calles, sobreviviendo al frío, al hambre, a la crueldad, a la desidia e indiferencia de aquellos que nos decimos humanos.  Y pienso de la que te salvaste Arthur!.


No hay comentarios: