En Ecuador viven cerca de seis millones de niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años, lo que corresponde al 35% de la población total del país (INEC, 2017). Es indispensable crear hábitos de ahorro en este segmento con el fin de que conozcan, reflexionen sobre el valor del dinero y en un futuro no tengan inconvenientes al convertirse en población económicamente activa. Karina Díaz, experta en Educación Financiera de Fundación CRISFE, explica que es necesario utilizar actividades lúdicas para llamar su atención.
La mejor manera de construir buenas prácticas de ahorro, consumo e inversión es durante el momento de diversión; entregándole dinero didáctico y haciendo la pregunta ¿Con ésta moneda que comprarías?
Además, se puede identificar las diferentes formas de ahorrar por medio de dibujos elaborados por el niño, finalizando la acción con un compromiso.
Otro punto importante es exponer la diferencia entre necesidades y deseos, de esta manera el niño solventará primero sus necesidades y postergará satisfacer sus deseos, por ejemplo: la necesidad del agua para vivir y el deseo de comer golosinas. Asimismo, un niño debe soñar, valorar sus talentos y aprovecharlos con el fin de cumplir sus objetivos.
Así, las familias y los docentes son responsables de inculcar buena educación financiera a los niños, niñas y adolescentes. Estos deben conocer la importancia del ahorro para conseguir metas, como juguetes, comida, etc y a la vez tener conocimiento que está permitido gastar con mesura.