La Nueva Escuela tiene como finalidad trabajar en aprendizajes significativos desde el Inicial donde los niños juegan en grupos realizando diversas actividades
El Ministerio de Educación a través de la Subsecretaria de Educación zona 8, inauguró el año lectivo correspondiente al periodo 2019 -2020 en la oferta de educación Inicial.
En esta zona iniciaron clases 36.932 niños y niñas, distribuidos en 540 instituciones, que ofertan esta modalidad de estudios.
Previo a la inauguración la Subsecretaria de Educación, Érika Laínez, realizó un recorrido en el Centro de Educación Inicial Josefina Barba, donde se educan alrededor de 270 niños y niñas. En esta institución la autoridad leyó a los alumnos el cuento sobre la importancia de los Valores, donde se resaltó la honestidad y el respeto hacia los demás.
Luego acudió a la Unidad Educativa Ciudad de Riobamba, ubicada al sur de Guayaquil, y se dirigió a los padres de familia e indicó que deben tener la certeza que sus hijos quedan en buenas manos, junto a docentes parvularias, comprometidas con esa gran tarea que es la de enseñar con amor.
Para ello, el Ministerio de Educación, a través de la Nueva Escuela, la cual promueve el Ministro Milton Luna se ha propuesto trabajar en aprendizajes significativos, desde el Inicial, que es ahí donde se siembran las primeras semillas del saber.
“En este proceso, no trabajamos solos, buscamos su compromiso padres y madres de familia, para enseñar a los pequeños desde la casa. Recordemos que somos los padres quienes sembramos en ellos el amor, la seguridad, y los valores que permiten construir una imagen positiva de sí mismos, además de sentirse amados, protegidos y valorados. Tengamos muy en cuenta que nuestros hijos son siempre nuestro fiel reflejo”, señaló la Subsecretaria Érika Laínez.
La metodología de educación Inicial consiste en organizar diferentes espacios o ambientes de aprendizaje denominados rincones, donde los niños juegan en pequeños grupos realizando diversas actividades.
María Contreras, madre de familia, señaló que está contenta con los cambios realizados en la escuela donde su hijo de 5 años de edad inició sus actividades. “No se quería quedar, lloró. Pero al ver al resto de sus compañeritos, se puso a jugar con ellos y se olvidó de mi”.
Para Walter Esparza es muy buena esta metodología que se aplica, debido a que los niños aprenden jugando. “Así captan rápido las cosas y los ayuda a abrir su mente”, señaló.
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