viernes, 7 de agosto de 2015

Roberto Carlos Quintero Gonzabay ¡Indultado!

 Mi nombre es Roberto Carlos Quintero Gonzabay, tengo 43 años, soy esposo de Esther y padre de tres hijos. De profesión ingeniero electrónico. Para mí estudiar siempre fue una necesidad, nunca una obligación. Mi padre, educador y pacifista me crió entre libros e historias, todas ellas de superación pero sobre todo de solidaridad, siempre me decía haz el bien sin mirar a quién. Nunca pensé que ayudar a alguien me quitaría dos años de mi vida.  Esta es mi historia:
Corría el año de 1999 y tenía uno de los mejores promedios entre los egresados de mi promoción en la Escuela Politénica del Litoral, como reconocimiento a mi rendimiento académico, la Universidad me premió con una semibeca a Bélgica.
Era una excelente oportunidad para seguir estudiando, así que junté para el pasaje en avión y viajé a un país donde el ambiente universitario me acogió. Me dieron vivienda, alimentación, libros, todo lo que necesitaba. Tenía una pasantía, empecé a aprender francés, y a ratos esquivaba la nostalgia por mi tierra soñando con un mejor futuro para mí y los míos, pero un accidente de tránsito truncó estos sueños, no pude continuar con la pasantía y la vida se me hizo difícil en un país extraño.
Fue justo cuando más necesitaba que encontré solidaridad en mucha gente que casi no conocía. Al poco tiempo logré regresar a Ecuador.
Ya en mi país, aprendí a sobrellevar las secuelas que había dejado el accidente en mi rodilla. Encontré trabajo de profesor en un prestigioso colegio, también daba clases en la Universidad y tenía una oficina que prestaba servicios a un municipio de la localidad.
Alquilaba una casa en Los Ceibos, al norte de Guayaquil, tenía dos hijos y un tercero en camino, mi esposa Esther tenía cinco meses de embarazo. Así estaba mi vida cuando un día me encontré con un amigo, cubano, pastor evangélico y me contó sus penas. No tenía donde vivir porque el dinero que ganaba arreglando celulares no le alcanzaba para pagar un arriendo.
Mi situación económica era tan buena que en esos días estaba en planes de arrendar una oficina en Urdesa. El dueño del local que iba a rentar era un compañero de trabajo, así que le comenté que en la oficina le iba a hacer un espacio a un amigo cubano para que viviera ahí y de paso cuidara la oficina.
Mi compañero me dijo que eso no podía ser, porque era un extranjero y que podía  traerle problemas. Esta negativa me contrarió tanto porque recordaba como había sido mi situación como extranjero en Bélgica, así que decidí llevar al cubano a mi casa, a vivir junto con mi familia.
Lo acomodé en uno de los cuartos del segundo piso de la casa y era tanta la confianza que teníamos con él, que le pasé las llaves de la casa para que pudiera entrar y salir con total libertad.
El tiempo pasaba y así llegó el viernes 28 de junio del 2013, ese día mi esposa me dijo que no había energía en la parte de arriba de la casa, le contesté que el lunes lo revisaría porque quería descansar en la playa ese fin de semana. Cuando fui a sacar el carro, me dí cuenta que tenía problemas para arrancar. Así que decidí llevar el carro al taller. Regresé a la casa en taxi y cuando me iba bajando, justo mi amigo cubano iba saliendo. Le entregué diez dólares y le pedí que al regreso comprara comida para mis perros. Entré a la casa y en cuestión de segundos la vida cambió para mí. Empezaron a golpear fuertemente la puerta de entrada y cuando salí vi a unos hombres que se estaban trepando por el portón del garaje. Desde afuera seguían golpeando la puerta pidiendo entrar, más que asustado, estaba desconcertado, fui a abrirles y se identificaron como agentes de narcóticos que estaban en una investigación.
Entraron a la casa a registrar todo, y del cuarto en el que vivía mi amigo cubano, sacaron unas maletas, las abrieron y en el interior encontraron unos paquetes que contenían droga.
Me preguntaban y yo respondía la verdad, que en ese cuarto vivía un amigo, que no sabía nada de las maletas ni del contenido. Fuí detenido para investigación.
Trasladado a la "casa blanca" ese mismo día también llevaron a mi amigo cubano. Apenas me vio dijo que no tenía de qué preocuparme porque contaría la verdad. Que esas maletas se las había dado un amigo de él diciéndole que eran cables y repuestos de celulares, que se trataba de un favor, que le habían pedido que se quedara con las maletas por unos días.
Y que yo no sabía nada de la existencia de esas maletas en mi casa. Pero la Fiscal del caso insistió en acusarnos de narcotráfico, en la investigación indicaban que yo había subido las maletas al cuarto. Eso era imposible porque por mi accidente mi rodilla quedó lesionada y no podía cargar peso. Les pedí que solicitaran la grabación de la cámara ojos de águila que estaba justo frente a mi casa, que ahí estaba la prueba que yo jamás subí esas maletas.
Como había muchas contradicciones e inconsistencias en la investigación decidieron acusarnos ya no de narcotráfico sino de corretaje. La fiscal pedía 12 años. Por mis antecedentes académicos, los atenuantes como ellos le dicen, fui juzgado y sentenciado a 4 años de prisión y trasladado inmediatamente al Centro de Rehabilitación de Guayaquil.  Todo lo que formaba parte de mi mundo quedaba lejos de mí, tras unos muros. Mi esposa embarazada, mis dos hijos pequeños. Mis padres. Mi trabajo. Mi libertad.

A mi amigo cubano y a mi nos dieron la misma sentencia. 4 años. 
Ya adentro del Centro todos conocemos la historia de todos, así que me empezaron a llamar el Ingeniero Quintero. El Director del área laboral me pidió que ayudara a dar clases de matemáticas y de electricidad a los compañeros. Todos los PPL  (personas privadas de libertad) estamos adentro en igualdad de condiciones, pero cuando empiezas a hacer méritos, te sacan a dar cursos o te permiten pasar más tiempo en talleres. Hay más apoyo para la rehabilitación.
En septiembre del 2014 nos hicieron un llamado para rendir el examen del ENES. Primero nos evaluaron a los 1400 PPL del pabellón de mediana seguridad. De ahí salimos 600 aprobados para rendir el examen del  ENES. Recibimos 15 días de inducción en los que nos preparamos para rendir esta prueba.
Estudiar era mi refugio. Estudiaba porque tenía fe, confianza de que vendrían tiempos mejores. Mantenía la esperanza de volver a ver pronto a Esther y a mis hijos.  Esperanza de regresar a mi vida junto a los míos.
Pensaba en mi esposa, en mi hija que nació mientras yo estaba en prisión. En los problemas que tenía Esther para conservar su empleo, para cobrar el dinero que le debían. Y yo sin poder solucionarle los problemas.

 
Lo único que podía hacer era estudiar para ayudarla, estudiar y ser el mejor. Cuando me dieron las 120 preguntas, pensé en mi familia y me prometí que por ellos daría lo mejor de mí. En febrero del 2015 me notificaron que había sacado la más alta nota de todos los que nos presentamos al examen. 928/1000. Ese había sido mi puntaje.
La Ministra de Justicia Ledy Zúñiga me felicitó personalmente.
Fui trasladado al área de  "Prioritarios" donde hay mayor atención para los PPL, podíamos pasar más tiempo en la biblioteca, teníamos un campus universitario.
La promesa que había hecho el gobierno de una verdadera rehabilitación para los PPL se estaba cumpliendo, yo era prueba de ello. Me otorgaron una beca en la Universidad Católica para estudiar la carrera que yo eligiera. Pre alfabetización, alfabetización, educación básica, universidad, la oportunidad de educarnos era la promesa cumplida para nuestra rehabilitación.
Ya iba a cumplir dos años preso, un día me llama el Coordinador y me preguntó si tenía abogado, le respondí que no. Me indicó que desde Quito iban a tramitar un indulto para mí. Que debía escribir una carta solicitándolo y pidiendo perdón a la sociedad.
La justicia ya me había juzgado, de nada servía insistir en mi inocencia y ésta era una posibilidad para poder regresar a mi familia. Firmé la carta dirigida al Presidente Rafael Correa y pedí perdón a la sociedad.
Fue la ministra Ledy Zúñiga quien gestionó que el Presidente leyera mi carta y la proximidad de la llegada del Papa Francisco a Ecuador que se aprobara el indulto.
No supe nada hasta el pasado 30 de junio que me dijeron que la Ministra de Justicia, mi padre, mi esposa y mis dos hijos venían a verme. Supuse que se trataba de una visita sorpresa. Cuando salí la ministra en persona me entregó la boleta de libertad. El indulto se hacía realidad. ¡Era libre!.
No podía hablar, estaba tan emocionado que lo primero que hice fue abrazar a mi esposa y a mis hijos.
Entré a cambiarme, me quité la ropa color naranja, vestí el pantalón gris y la camisa a cuadros que Esther me había llevado. Tomé mis libros y salí. La educación me había dado la oportunidad de ser libre.
Hoy estoy recuperando el tiempo con mis hijos, especialmente con la niña que nació mientras yo estaba en prisión. Gracias a la beca estoy estudiando Leyes en la Universidad Católica. Elegí esta carrera porque el país necesita de abogados capacitados, comprometidos con su profesión, preparados para defender con eficiencia a los inocentes.
No guardo rencores, mi amigo cubano sigue en prisión. Ya lo perdoné.
Vivo en casa de mis padres porque todavía no consigo trabajo para poder pagar un alquiler. La sociedad debe aprender a juzgar menos y a dar más oportunidades. Si alguien me censura o no cree en mi inocencia, lo perdono. Sigo adelante.
Cuando las raíces son fuertes, las tempestades solo nos fortalecen.




¡Megabichos 2015!

La verdad es que hablar de bichos no es cosa fácil, al menos para mí, que desde que mi memoria registra solo sentía terror de todos estos pequeños representantes del mundo animal.
Grillos, cigarras, ranas, mosquitos, moscas, la variedad más completa de sabandijas en un inmenso jardín, ahí estaba la colorida y huraña mariquita, el flacuchento patilargo del aedes aegypti, el siempre voraz escarabajo, la muy devota mantis religiosa, entre otros, y todos en tamaños gigantes... listos a recibirme.
Todo empezó una mañana de inicios de julio cuando Margarita, la fotógrafa de Zonalibre llamó para reportarse enferma.  Que dizque se había levantado toda adolorida y en el centro médico le habían dicho que posiblemente era la chikungunya, que aunque ya era julio,  los mosquitos del invierno costeño no entendían de estaciones y todavía estaban haciendo de las suyas.
No había más que decir. El médico recomendaba dejar descansar a la enfermita y... que otra hiciera su trabajo. Así que la directora empezó a mirar para todos lados... había que encontrar un reemplazo para la ausente.
Y mientras ella miraba buscando algo o mejor dicho a alguien, de repente todos los del departamento empezaron a desaparecer, unos a hablar por teléfono, otros a escribir alguna nota  y la única que quedó paradita por la zona adivinen... fuí yo.
Así fue que terminé en la ribera del Guayas, al pie del Malecón 2000,  con cámara fotográfica en mano y grabadora en otra, lista para una aventura llamada "Megabichos 2015".
Apenas entré a esta mega exposición, como en una dimensión paralela, los tamaños se invirtieron. Cual liliputense, empecé a caminar por los pasillos de un jardín tamaño gigante, acompañada del sonido constante de los grillos, a través de  flores inmensas y de hojas que bien podrían servir como techo para una casa. Caminé, por el espacio que había quedado entre las madrigueras de las laboriosas y siempre ocupadas hormigas, maravillada del lenguaje de luces ultravioletas con el que se comunican abejas y flores.
Hice el recorrido de principio a fin por este jardín de insectos gigantes, replicados con exactitud por las manos laboriosas y artísticas de nuestros artesanos de la calle 6 de Marzo.
Y mientras recorría estos senderos de gigantes, uno de los guías de la exposición me ilustraba con detalles de cada uno de los 20 insectos que forman parte de Mega Bichos 2015.
Así me fui enterando que es la hembra del aedes aegypti la que pica y transmite el dengue y que su lugar preferido desde el cual nos acechan es justamente nuestras casas, patios o jardines, desde cualquier recipiente que acumule agua.
Debo confesar que desde ese día las arañas ya no me asustan, sabían ustedes que las hembras son tan maternales que cuando tienen a sus arañitas las llevan en su panza y las cuidan  hasta que las arañitas cambian de piel, se ponen grandecitas y pueden arreglárselas solas. Sólo ahí las arañas mamás se despiden de sus crías.
Otro de los bichos tan necesarios en nuestra naturaleza, especialmente para los cultivos, es la mariquita, pues ella con su apetito depredador elimina las plagas.
Se lo aseguro, la inmensa mayoría de estos bichos es inofensiva, tienen un papel de vital importancia en nuestro ecosistema, es tan importante su presencia que sin ellos no existiríamos los seres humanos. Cada uno de estos insectos está presente en la naturaleza cumpliendo un papel, una función, que en conjunto ayuda a mantener en equilibrio el ecosistema.
Y... ya no les cuento más, porque si se quedaron con gusto a poco de esta aventura, si quieren saber más, les paso el dato, Megabichos 2015 estará en Guayaquil hasta el domingo 23 de agosto, visite este jardin de gigantes, allá junto a nuestro río Guayas, en los jardines del Malecón Simón Bolívar.  El valor de la entrada para adultos $3,00; niños, estudiantes y adultos mayores pagan $2. Pueden ir solos, con amigos o en grupos.  El horario es de lunes a viernes de 08:00 a 20:00, sábados, domingos y feriados de 10:00 a 20:00. Megabichos, aventura recomendada.


Adiós a la CTE de Guayaquil

 El 31 de julio fue un día de nostalgias en Guayaquil, ese era el último día de labores para el personal de la Comisión de Tránsito de la ciudad, la CTE, una de las  instituciones más tradicionales que tras 67 años de vigilancia constante del tráfico vehicular en la ciudad más poblada del país debían trasladarse a su nuevo lugar de trabajo, las carreteras del Ecuador.
67 años ordenando y vigilando el tránsito vehicular llegaron a su fin. La Comisión de Tránsito del Guayas que nació un 29 de enero de 1948, en la presidencia del Dr. Carlos Julio Arosemena Tola, ese viernes 31 de julio llegaba a su último día de labores.
La CTE fue creada para que se dedicará exclusivamente a controlar el tráfico que en el Guayaquil de aquella época ya empezaba a crear problemas, la ciudad contaba ya con alrededor de 200 vehículos y aún no tenía ni un semáforo.
La primera convocatoria para personal de la CTE fue a través de un comunicado en un diario el domingo 18 de abril de 1948, el entusiasmo por pertenecer a esta institución fue masivo, tanto que se presentaron más de 500 aspirantes al día siguiente de la publicación.
12 oficiales, 90 vigilantes y una Escuela de Formación iniciaron sus labores en el emblemático edificio ubicado entre las calles Chile, Brasil, Cuenca y Chimborazo.
La CTE ha marcado la historia no solo de Guayaquil, sino también del país, ya que fue la primera institución uniformada que incluyó mujeres en su personal, esto sucedió en el año 1971,  400 mujeres se inscribieron, y solo 12 lograron aprobar el curso y graduarse como vigilantes de tránsito.
Las historias y anécdotas que se han escrito de la mano del crecimiento de Guayaquil se recordaron aquella noche del 31 de julio en la avenida 9 de octubre.
Y aunque la CTE seguirá emitiendo las licencias en el edificio de Chile y Cuenca hasta cuando la Agencia Nacional de Tránsito lo determine, serán desde este 1 de agosto los nuevos agentes de la Autoridad de Tránsito Municipal ATM, con su azul celeste los encargados de cuidar y ordenar el tránsito en Guayaquil.
La tarea que heredan los jóvenes agentes de la ATM es harto difícil, conductores y peatones reacios a cumplir las normativas de tránsito, conductores que manejan cual protagonistas de "Rápidos y Furiosos", que arrancan la marcha como si se
tratara de una carrera de fórmula 1, que aceleran al filo del inicio de la luz roja, que estacionan sobre pasos cebras, dejando sin espacio al peatón, que viran sin tener preferencial, que ignoran los discos PARE, que pitan incesantemente pensando que así apuraran la caravana de las horas pico, que creen que siempre es mejor rebasar por la derecha y que convierten las calles de dos carriles en tres o cuatro de acuerdo a la urgencia con que se trasladan.
Sin duda alguna que el tráfico en la ciudad de Guayaquil es intenso, estresante, caótico, tanto para el que maneja como para el que camina. Sigue pendiente la tarea de educar y disciplinar al peatón para que utilice los puentes peatonales y cruce por las equinas en los espacios que le corresponde.
Llegó la hora de despedirnos de los tradicionales uniformes azul y blanco de la CTE, del uniformado que se volvió un personaje famoso en las parodias de David Reinoso.
Se van, están listos para enfrentar un nuevo reto, el de asumir la vigilancia y control del tráfico vehicular en la red de carreteras estatales de las 24 provincias del país. Les deseamos éxitos a ellos. Y a los nuevos oficiales de la ATM Agencia de Tránsito Municipal, nuestra fraterna bienvenida.

El amor es una mentira que provoca odio, pasión y engaños

 Como los viajes de Ulises, como la división del mar que Moisés ordenó para que pasaran los israelitas y luego lo volvió a cerrar para que se ahogaran los egipcios o la “parada” del sol que Josué provocó, según la biblia mandado por Dios para esto: “Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón”. Y el sol se detuvo y la luna también, hasta que los israelitas se hubieron vengado de sus enemigos.” Ulises “vió” y escuchó cantar a las sirenas (?), y conoció a los cíclopes gigantes en uno de sus viajes...

Para algunos el amor es como la historia de David y Goliat, que deja una posibilidad de que podría ser cierta, para otros es como las aventuras de Ulises, que de hecho no son ciertas pero como que a uno le gustaría que lo fueran y para otros, el amor es un imposible, una mentira, un fraude... Como las órdenes de Josué que dizque paralizó al sol y a la luna y de Moisés y sus 10 mandamientos tallados en piedra por el dedo de Dios.
Cuando dependemos de alguien para satisfacer una necesidad importante, “creemos” que amamos a esa persona, cuando deja de satisfacernos, se acaba el “amor” y la dependencia, así que se esfuman, desaparecen y dejan el espacio para que lo ocupe alguien nuevo que creemos nos va a satisfacer mejor que aquella a quien acabamos de abandonar. Cuando no encontramos quien satisfaga esta necesidad social de aparearnos, sufrimos, idealizamos la necesidad para no parecer vulgares, interesados, débiles y egoístas.

LOS IDEALES NO CUENTAN
La idealización que es una mentira piadosa para no reconocernos como incapaces ha distorsionado la verdad y el orden social, es así como desde hace siglos tenemos como jefe de la familia y de las sociedades al hombre, que en algún momento de la existencia se autocoronó como “rey” del grupo familiar, de los grupos sociales y de todas las formas de gobierno... Gracias a la imaginación de Moises que se inventó los 10 famosos mandamientos del Señor Dios.
Craso error, porque hemos visto al hombre, provocar guerras, asesinar masivamente a millones de seres humanos y sentirse héroe, robar, estafar y explotar a sus hijos, su mujer, su familia, sus vecinos, sus compatriotas y al resto del mundo si le fuera posible.
La historia o los cuentos que nos han hecho creer verdaderos y experimentados cuentistas relatan las intenciones de estos monstruos como si fueran hazañas y callar los logros de las mujeres que en una eventualidad les tocó gobernar.

LA SOLUCION
Una necesidad sexual, una social y una de riquezas conforman el trío de anhelos que llamamos amor porque buscamos una persona que “llene”, satisfaga y asegure una unión para toda la vida de feliz convivencia y aunque todos sabemos que 5 de cada 100 uniones llegan a tropezones a vivir juntos hasta el fin de sus días los hombres siguen intentándolo, tal cual se tratara de un juego y no descansará hasta lograr lo imposible.
Mantienen las mentiras que nunca podrán ser verdad frente a la realidad. Sin mentiras y si fuéramos honrados con nosotros mismos y solidarios con quienes aportan para nuestro bienestar reconoceríamos que el mundo no estará en paz hasta que las mujeres se hagan respetar y los hombres acepten obedecer.

Por: Simón Templar

¡Más vale tarde que nunca!

 ¿Cuándo un matrimonio es para toda la vida?  ¿Cómo se cruza un puente colgante sin miedo a caer?...
La conveniencia y la comodidad la mayoría de las veces han sido causantes de no poder observar con claridad la realidad y no asumir que hay momentos en que las relaciones o sociedades deben terminar... Este es un caso que nos llegó a redacción, una mujer más víctima del machismo que temerosa y frustrada anda buscando por todos lados soluciones inmediatas y que hoy con lágrimas en los ojos nos cuenta el infierno en el que se ha convertido su matrimonio:
“Soy víctima de machismo, no soporto esta forma de vida, ya no se que hacer, fuí a la Defensoría del Pueblo hace exactamente dos años donde me dijeron que para poder poner una denuncia debo presentar pruebas del maltrato que recibo; y que  sin testigos no puedo poner una denuncia...
- Si no tienes quien testifique  a favor tuyo, entonces anda, cógelo, inchonéalo hasta que te pegue o grítale para que él también grite y así los vecinos escuchen... Nosotros te receptamos la denuncia y enviamos un inspector quien debe tomar declaraciones de quienes quieran testificar a favor tuyo...
Eso fue lo que me aconsejaron en la Defensoría, porque yo no tenía las pruebas que ellos me pidieron pero tengo mucho miedo, si él se da cuenta que lo estoy denunciando no se de que sería capaz así que ya no he vuelto a ir a la defensoría...
Me casé a los 26 años, en la actualidad llevo 17 años de matrimonio... soy víctima del machismo desde los 13 primeros años que empezamos a vivir juntos cuando mi esposo empezó a mostrarse violento, fue justo cuando nació mi niña... El fue mi primer enamorado, mi primer novio, el único hombre en mi vida; siempre pensé  que mi matrimonio sería para toda la vida... pero en poco tiempo me di cuenta que estaba equivocada, después de casados bastó firmar el dichoso papelito del eclesiástico para que él comenzara a cambiar de a poco y aunque me daba cuenta de sus cambios, jamás quise asumirlos.
Cuando éramos novios me prometía  bajarme el sol la luna y las estrellas, todo lo que yo decía era misa para él, me escuchaba, me hacía caso sin decir nada, después si yo decía que era de noche él me contradecía y a mi no me quedaba otra que darle la razón... Al principio vivíamos con mi suegro,  y aunque nos ibamos juntos de compras él solo compraba lo que el quería, la verdad es que yo aceptaba esta forma de vida porque ya la había vivido con mis padres, mi mamá me educó así creyendo que ésta era la convivencia dentro del matrimonio donde el hombre ordena y decide ...la mujer solo tiene que obedecer. No me gustaba lo que me estaba pasando sin embargo no tenía otra salida que aguantar, hasta que un día me canse de esa forma de vida, y de tanto buscar me salió una oportunidad de trabajo en Guayaquil, no lo pensé dos veces dejé de lado los temores y me rebelé, me vine a empezar de cero, le alquilé un departamento en la casa a mi padre, y aunque mi marido no quería saber nada de mi, poco a poco a la distancia  me mantenía controlada, así estuvo  hasta que a los 6 meses de separados llegó a vivir conmigo pero ya las cosas no eran iguales... Para empezar mi padre que estaba al tanto de todo no concebía que me haya venido sola dejando a mi marido, mi vida estaba hecha de a cuadritos, el intenso control de mi marido me costó el puesto en mi trabajo; mi rendimiento bajó por completo, todo lo hacía mal; me  encontraba en un estado de stress con problemas en casa, en el trabajo... así que tuve que renunciar..
Un día llegó mi suegro a visitarnos al departamento y justo en el momento que llegó yo salí por unos minutos a darles comida a mis padres como era costumbre y cuando regresé, me lo encontré bravísimo, a mi esposo no le gustó que yo me haya ido a servir a mis padres dejando a mi suegro en casa... estaba histérico, textualmente me gritó: Tu no sirves para nada, aquí no tengo una esposa, una dama, una anfitriona... lo que yo tengo es una puta para tirar por las noches...
Así eran sus explosiones, y yo ya estaba acostumbrada a ellas.
He optado por quedarme callada, no decir nada porque tengo miedo que me levante la mano...
En alguna ocasión me lanzó un vaso, que gracias a dios cayó cerca... Siempre que le digo algo que no le gusta, él reacciona igual, me tacha de vaga, dejada, que no arreglo la casa... él sólo se fija en las cosas malas que hago, con poner la plata  piensa que las cosas se hacen solas, nunca valora nada de lo que hago.. y además hace mucho tiempo ni siquiera tenemos intimidad; prácticamente para mi hija y para mi él se ha convertido en un cajero automático.
Hubo un tiempo que él ya no aportaba en nada, si no hubiese sido por mis padres ni siquiera tenía para comer, ni para los pañales de la bebe, así que decidí coger a mi hija e irme a la playa a vender comida... ahí pasé todo un feriado de semana santa ya cuando regresé el andaba borracho y perdido de la casa.... Después apareció todo bravo a botarme de la casa aduciendo lo de siempre... que no sirvo para nada.
 Actualmente recibo 200 dólares mensuales, que tengo que hacerlos alcanzar para todos los gastos de la casa...
Muchas veces he tratado de separarme de él, de dejarlo pero me detengo por mi padre, que es un hombre que tiene arraigada las viejas costumbres de creer que una mujer separada o divorciada es una prostituta y no vale nada... que es una "mujer fácil", y que cualquier hombre puede, de una llevársela a la cama.
Cuando nos separamos, mi padre se encargó de llamar a mi esposo y decirle que me regrese a la casa... Yo he perdido mis trabajos por culpa mía, pero la gran parte de la culpa la tiene él porque siempre se ha creído perfecto, me ha criticado y menospreciado en mis funciones de esposa y mis trabajos...
Mi economía tampoco me dejan separarme. Me estuve asesorando con una amiga abogada quien me aconsejó que empiece a guardar plata porque una mantención no sale inmediatamente, además es muy poco lo que me tocaría recibir, puesto que se necesitarían unos 500 mensuales para poder cubrir mis gastos básicos; la casa, luz, agua, teléfono, comida, etc.
Yo se que una vez trepada en el burro no me quedaría otra que arrear pero no deja de darme miedo...
Lloro cuando escucho a mi hija decir que su papá es malo porque hace llorar a mi mamá... Ahora, ya cumpli los 44 años y vivo todos los días inmersa en constantes problemas: lo único que recibo de él son insultos y amenazas... "gorda, obesa, fea, nunca vas a encontrar a nadie, agradece que yo te saqué de la percha..."
Es insoportable, quiero luz porque la verdad me siento perdida, ya que mi único apoyo es mi madre y desgraciadamente en cualquier momento se me va, ya que tiene un cáncer avanzado, me voy a quedar sola... He buscado trabajo pero no he encontrado nada, me imagino que es porque estoy gorda, aunque ya anteriormente he trabajado en algunas empresas, hoy no puedo conseguir trabajo... Necesito tener plata, terminar con esto que estoy viviendo y que cada día me va matando de a poco...”

Aunque en la actualidad nos encontremos con afiches, vallas y publicidad de "NO AL MACHISMO", el problema sigue vigente y seguirá hasta que la misma mujer, la víctima, asuma de manera correcta cual es su papel dentro de la sociedad, que el matrimonio no es una condena y que por mucho que su familia no esté de acuerdo en abandonar al abusador y denunciarlo debe hacerlo cuanto antes o le podrá costar hasta su vida y la de sus hijos.
Las cosas han cambiado desde todo punto de vista, hoy se puede aspirar a emprender un negocio con ayuda del gobierno y la ley tiene la obligación de proteger a quien haya denunciado abusos y amenazas por parte de uno de los integrantes de una familia, casados o no.