La verdad es que hablar de bichos no es cosa fácil, al menos para mí, que desde que mi memoria registra solo sentía terror de todos estos pequeños representantes del mundo animal.
Grillos, cigarras, ranas, mosquitos, moscas, la variedad más completa de sabandijas en un inmenso jardín, ahí estaba la colorida y huraña mariquita, el flacuchento patilargo del aedes aegypti, el siempre voraz escarabajo, la muy devota mantis religiosa, entre otros, y todos en tamaños gigantes... listos a recibirme.
Todo empezó una mañana de inicios de julio cuando Margarita, la fotógrafa de Zonalibre llamó para reportarse enferma. Que dizque se había levantado toda adolorida y en el centro médico le habían dicho que posiblemente era la chikungunya, que aunque ya era julio, los mosquitos del invierno costeño no entendían de estaciones y todavía estaban haciendo de las suyas.
No había más que decir. El médico recomendaba dejar descansar a la enfermita y... que otra hiciera su trabajo. Así que la directora empezó a mirar para todos lados... había que encontrar un reemplazo para la ausente.
Y mientras ella miraba buscando algo o mejor dicho a alguien, de repente todos los del departamento empezaron a desaparecer, unos a hablar por teléfono, otros a escribir alguna nota y la única que quedó paradita por la zona adivinen... fuí yo.
Así fue que terminé en la ribera del Guayas, al pie del Malecón 2000, con cámara fotográfica en mano y grabadora en otra, lista para una aventura llamada "Megabichos 2015".
Apenas entré a esta mega exposición, como en una dimensión paralela, los tamaños se invirtieron. Cual liliputense, empecé a caminar por los pasillos de un jardín tamaño gigante, acompañada del sonido constante de los grillos, a través de flores inmensas y de hojas que bien podrían servir como techo para una casa. Caminé, por el espacio que había quedado entre las madrigueras de las laboriosas y siempre ocupadas hormigas, maravillada del lenguaje de luces ultravioletas con el que se comunican abejas y flores.
Hice el recorrido de principio a fin por este jardín de insectos gigantes, replicados con exactitud por las manos laboriosas y artísticas de nuestros artesanos de la calle 6 de Marzo.
Y mientras recorría estos senderos de gigantes, uno de los guías de la exposición me ilustraba con detalles de cada uno de los 20 insectos que forman parte de Mega Bichos 2015.
Así me fui enterando que es la hembra del aedes aegypti la que pica y transmite el dengue y que su lugar preferido desde el cual nos acechan es justamente nuestras casas, patios o jardines, desde cualquier recipiente que acumule agua.
Debo confesar que desde ese día las arañas ya no me asustan, sabían ustedes que las hembras son tan maternales que cuando tienen a sus arañitas las llevan en su panza y las cuidan hasta que las arañitas cambian de piel, se ponen grandecitas y pueden arreglárselas solas. Sólo ahí las arañas mamás se despiden de sus crías.
Otro de los bichos tan necesarios en nuestra naturaleza, especialmente para los cultivos, es la mariquita, pues ella con su apetito depredador elimina las plagas.
Se lo aseguro, la inmensa mayoría de estos bichos es inofensiva, tienen un papel de vital importancia en nuestro ecosistema, es tan importante su presencia que sin ellos no existiríamos los seres humanos. Cada uno de estos insectos está presente en la naturaleza cumpliendo un papel, una función, que en conjunto ayuda a mantener en equilibrio el ecosistema.
Y... ya no les cuento más, porque si se quedaron con gusto a poco de esta aventura, si quieren saber más, les paso el dato, Megabichos 2015 estará en Guayaquil hasta el domingo 23 de agosto, visite este jardin de gigantes, allá junto a nuestro río Guayas, en los jardines del Malecón Simón Bolívar. El valor de la entrada para adultos $3,00; niños, estudiantes y adultos mayores pagan $2. Pueden ir solos, con amigos o en grupos. El horario es de lunes a viernes de 08:00 a 20:00, sábados, domingos y feriados de 10:00 a 20:00. Megabichos, aventura recomendada.
Grillos, cigarras, ranas, mosquitos, moscas, la variedad más completa de sabandijas en un inmenso jardín, ahí estaba la colorida y huraña mariquita, el flacuchento patilargo del aedes aegypti, el siempre voraz escarabajo, la muy devota mantis religiosa, entre otros, y todos en tamaños gigantes... listos a recibirme.
Todo empezó una mañana de inicios de julio cuando Margarita, la fotógrafa de Zonalibre llamó para reportarse enferma. Que dizque se había levantado toda adolorida y en el centro médico le habían dicho que posiblemente era la chikungunya, que aunque ya era julio, los mosquitos del invierno costeño no entendían de estaciones y todavía estaban haciendo de las suyas.
No había más que decir. El médico recomendaba dejar descansar a la enfermita y... que otra hiciera su trabajo. Así que la directora empezó a mirar para todos lados... había que encontrar un reemplazo para la ausente.
Y mientras ella miraba buscando algo o mejor dicho a alguien, de repente todos los del departamento empezaron a desaparecer, unos a hablar por teléfono, otros a escribir alguna nota y la única que quedó paradita por la zona adivinen... fuí yo.
Así fue que terminé en la ribera del Guayas, al pie del Malecón 2000, con cámara fotográfica en mano y grabadora en otra, lista para una aventura llamada "Megabichos 2015".
Apenas entré a esta mega exposición, como en una dimensión paralela, los tamaños se invirtieron. Cual liliputense, empecé a caminar por los pasillos de un jardín tamaño gigante, acompañada del sonido constante de los grillos, a través de flores inmensas y de hojas que bien podrían servir como techo para una casa. Caminé, por el espacio que había quedado entre las madrigueras de las laboriosas y siempre ocupadas hormigas, maravillada del lenguaje de luces ultravioletas con el que se comunican abejas y flores.
Hice el recorrido de principio a fin por este jardín de insectos gigantes, replicados con exactitud por las manos laboriosas y artísticas de nuestros artesanos de la calle 6 de Marzo.
Y mientras recorría estos senderos de gigantes, uno de los guías de la exposición me ilustraba con detalles de cada uno de los 20 insectos que forman parte de Mega Bichos 2015.
Así me fui enterando que es la hembra del aedes aegypti la que pica y transmite el dengue y que su lugar preferido desde el cual nos acechan es justamente nuestras casas, patios o jardines, desde cualquier recipiente que acumule agua.
Debo confesar que desde ese día las arañas ya no me asustan, sabían ustedes que las hembras son tan maternales que cuando tienen a sus arañitas las llevan en su panza y las cuidan hasta que las arañitas cambian de piel, se ponen grandecitas y pueden arreglárselas solas. Sólo ahí las arañas mamás se despiden de sus crías.
Otro de los bichos tan necesarios en nuestra naturaleza, especialmente para los cultivos, es la mariquita, pues ella con su apetito depredador elimina las plagas.
Se lo aseguro, la inmensa mayoría de estos bichos es inofensiva, tienen un papel de vital importancia en nuestro ecosistema, es tan importante su presencia que sin ellos no existiríamos los seres humanos. Cada uno de estos insectos está presente en la naturaleza cumpliendo un papel, una función, que en conjunto ayuda a mantener en equilibrio el ecosistema.
Y... ya no les cuento más, porque si se quedaron con gusto a poco de esta aventura, si quieren saber más, les paso el dato, Megabichos 2015 estará en Guayaquil hasta el domingo 23 de agosto, visite este jardin de gigantes, allá junto a nuestro río Guayas, en los jardines del Malecón Simón Bolívar. El valor de la entrada para adultos $3,00; niños, estudiantes y adultos mayores pagan $2. Pueden ir solos, con amigos o en grupos. El horario es de lunes a viernes de 08:00 a 20:00, sábados, domingos y feriados de 10:00 a 20:00. Megabichos, aventura recomendada.
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