La mayoría son mujeres, mujeres empeñosas, diligentes, trabajadoras, que protagonizan historias cotidianas, que nos reciben con alegría y nos despiden con nostalgia. Es en el Mercado Central donde habitan junto a sus sueños.
En las calles Pichincha y Manabí, casi casi que llegando al sector de La Marín, nos encontramos con el mercado más tradicional en Quito, el Mercado Central, fundado allá por el año 1953 y remodelado en el 2002, un lugar donde los olores, colores y sabores se convierten en protagonistas junto a los personajes que viven el día a día entre las paredes y pasillos del Central:
Entre rosas, claveles, orquídeas y siemprevivas, encontramos justo a la entrada del Mercado, por la calle Pichincha, a
Amalia Cárdenas, "gracias a Dios el cariño da para todos los días...claro que se vende un poquito más para el día de las
Madres o el de la Mujer, es que los hombres nos quieren aplacar con flores" confiesa con una picardía contagiosa, y enseguida agrega "ahh y el mes de diciembre, ese sí es un mes rebueno, porque todos estamos contentos celebrando a Quito, luego viene la Navidad y de ahí a prepararse con un baño de rosas para recibir el nuevo año y si son rosas rojas mejor todavía, haga la prueba y ya verá".
Nuestro recorrido continúa por los pulcros y limpios pasillos del Central para encontrarnos a otro de sus personajes, ella es Adriana Singo, quien con un tradicional "lleve caserita, la colación para los niños" nos muestra con orgullo las frutas de temporada, para los más chicos las manzanas, para los que quieren hacer dieta el noni, si tiene problemas con la digestión lleve la pitahaya, para los diabéticos nada mejor que la tuna, lleve, verá que tengo razón, casi que nos convence con el noni, ya es hora de empezar la dieta, le prometemos que al regreso compramos y ella confiada nos sonríe.
En el sector de las hortalizas, nos recibe doña Dolores Tituaña, que nos cuenta que hay una onda verde en la gente "llevan mucha espinaca, pimiento y harto tomate, dizque ahora la gente quiere comer solo ensaladas porque es más sano, yo les pongo verduras variadas en una fundita y las vendo rapidito a cincuenta centavos, aquí también tengo unos picaditos, los llevan las jovencitas, porque está listo para lanzar a la olla como sopita de verduras..."
El olor a café recién pasado nos lleva donde Rosita Morales, tiene más de 40 años en el mercado vendiendo las tradicionales tortillas de verde costeñas y el café recién colado. Y cómo así, doña Rosita, vendiendo plato costeño en sierra, le pregunto "pues que los trabajos llegan y uno no les hace feo, yo venía siempre a este puesto de comida a desayunar y un día la dueña que me quería mucho me dijo, Rosita hágase cargo del negocio y aquí estoy luego de todos estos años, con el favor de Dios y el de los clientes que vienen siempre". Ella en su modestia no alardea del reconocimiento Qualitut le hizo al entregarle la Certificación ISO.
Con la recomendación de doña Hortensia nos fuimos donde Luis Andrano, que en su negocio tiene la más completa variedad de embutidos para parrilladas, con la seriedad de un experto marketero nos cuenta "variedad, calidad y buen precio, todo lo que necesite lo va a encontrar en este mercado, tiene para elegir entre el chorizo cuencano que es medio picantito, el chorizo ambateño, el español, la longaniza ahumada, las salchichas de res, la morcilla, el chorizo paisa que viene ya aliñado con hierbitas, listo para que lo lance a la parrilla".
una pulsera con cabalongas, para espantar la mala vibra.
La veo preparar con mucho dedicación un ramito de hierbas y me dice que ya mismo le llega un paciente "es para curar el espanto, este ramito tiene ruda, santa maría, congona, tigresillo y aparte le agrego 7 esencias, agua florida, raíz de mandrágora, seguidora y eso sí mucha fe".
Y como quien no quiere la cosa, ya al mediodía, llegamos al patio de comidas para encontrarnos con el emblemático puesto de "Las corvinas de Don Jimmy" famoso entre los nacionales y también entre los extranjeros que visitan la "carita de Dios". Este negocio es de tradición familiar, nos cuenta Patricia Godon, mi mamá sazonaba las corvinas y mi papá se encargaba de venderlas, empezaron con un charolito y un brasero, en las gradas de este mercado hace casi 60 años, luego les dieron un puesto y en la remodelación del mercado nos ubicaron aquí en el patio de comidas. Mi papá ya falleció y mi mamá sigue sazonando las corvinas, aquí con mi hermano que también se llama Jimmy decimos que el negocio debió haberse llamado Las corvinas de don Jimmy sazonados por doña Delia, pero ya no se puede, porque todo el mundo lo conocía a él nomás".
Oiga y de verdad es corvina le pregunto y ella me responde, "el pescado que usamos es más rico, el atún y lo acompañamos con concha y camarón y los que quieran un poco más le ponemos papitas con jugo y arroz"
Ya cuando estábamos listas para echarle el diente al famoso plato de las Corvinas de Don Jimmy, alguien nos llama "hey, ustedes no se olviden de los jugos naturales, vénganse un ratito pues". Quien nos llama es Rosario de Lourdes Gonzalez Moya, la propietaria del local "Jugos Charito" quien desde hace 45 años prepara jugos naturales en el Central "jugos naturales de coco, mora, tamarindo, guanábana, piña, zanahoria, malta, de lo que usted quiera le preparamos el jugo, venga nomás. Le pregunto cuál es el jugo más solicitado y ella pícaramente me responde "el que más vendo es el afrodisíaco, le pongo naranjilla, alfalfa, borojó, un poquito de coco, hielo, huevo y... un secreto de mis abuelos, el que lo toma queda cañón... garantía comprobada!.
Por: Yazmín Bustán
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