martes, 15 de mayo de 2012

EL CEMENTERIO DEL CERRO DEL CARMEN PASARÁ A LA HISTORIA CON TODOS SUS MUERTOS

 
"En la dulce y quietud del camposanto solo brillan las tumbas y las flores no hay en él ni una lumbre ni un encanto, pero han dejado la pasión y el llanto su perfume de lágrimas y amores"

Este fue el epitafio que Carlos Arroyo del Rio colocó en el mausoleo de su esposa Elena Yerovi el 23 de noviembre de 1968, cuentan que ha partir de ahí la tristeza y la desolación fueron su compañía constante hasta el 31 de octubre de 1969 que falleció no sin antes pedir que lo enterraran junto a su amada y pusieran esta leyenda - " Nuestro idilio vivirá triunfante en la paz del callado cementerio, retornará más fuerte, que el amor es mas grande que la muerte y la verdad mas limpia que el misterio"-. Amores de antes, amores idos el de Carlos Arroyo del Río.
Esta es una de las muchas historias que podremos encontrar en el cementerio de Guayaquil, la ciudad blanca, la de nuestros recuerdos, la ciudad de la nostalgia por los que perdimos. El mismo cementerio tiene su propia historia, cuentan que antes se enterraba a nuestros muertos en los patios de los templos y con el crecimiento de la ciudad esto provocaba muchas molestias, así que en el año 1822 se decidió encargarle a Juan Francisco Ycaza el diseño de un camposanto que estaría ubicado en las faldas del cerro del Carmen, donde existía un panteón para pobres. Y así fue que el 27 de abril de 1823 fue inaugurado oficialmente.
Eran los años '20 y nuestra querida Guayaquil conocía de bonanza, y aprovechando que unos famosos escultores italianos habían venido a construir los edificios de la Gobernación, del Municipio, El Telégrafo y El Universo, las familias peluconas de la época decidieron contratar a los italianos para que les construyeran una tumba o un mausoleo para su última morada, dicen que se peleaban los mejores diseños, los más costosos, dizque así reafirmaban su estatus social. Cosas de épocas pasadas y de actuales dicen algunos.

Y ahí lo tenemos cumpliendo 198 años y considerado actualmente Patrimonio Nacional.
Recorrer sus calles y sus panteones es recorrer la historia, la cultura y muchas veces la personalidad de sus  moradores, como el de aquel que está en la puerta 13 y que  incluso después de muerto castigó a los ingratos que conoció en vida y pidió que pongan en su lápida esta sentencia que muestra a las claras su decepción por los amigos... "Los que cumplieron con él, saben quien yace aquí, los demás no importan". 
Don Jorge Touma lleva más de 30 años trabajando en el cementerio y se conoce los pasillos y callejones a ojos cerrados, cuenta que a una tumba a la que nunca le faltan flores frescas es a la de Marco Vinicio Bedoya, "siempre vienen a visitarlo chicas bonitas y también un señor ya mayor, ahh y todos los años, en el día del Padre, viene Carolina Ramos y se queda mucho rato, aún con la misma tristeza del primer día, le deja flores frescas y hermosas, una oración y luego se va sin volver la vista atrás".
Antiguamente a los callejones del cementerio le ponían el nombre de la tumba del personaje más conocido, así nació el "Callejón de Ludovico Andrade Coppiano" recuerda la historia, allá por el año 1964, en una fiesta que se daba en la casa de la familia Eiser Flores, en Urdesa, Ludovico medio borracho agarró un revólver y el carro de Susana de Eiser y se fue sin decirle nada a nadie.  55 días después apareció muerto con un tiro en la cabeza. Dicen que se trató de un lío amoroso, de celos, venganza y algo más.
Hoy por hoy, el cementerio es tan seguro para los muertos como para los vivos, la seguridad y el control estricto que realizan ha espantado a los chumaditos o a los amigos de lo ajeno. "Nos esforzamos en mantener este lugar en forma digna y respetable, después de todo es la casa de todos, de nuestros seres queridos y muy pronto la nuestra", nos cuenta el Arq. Roberto Wong, quien es la voz oficial de los guías autorizados.
La tumba de "El ruiseñor de América", de Julio Jaramillo, "Mr. Juramento" está en la puerta 13 es la que más visitas recibe durante todo el año y es que Julio con sus canciones de amores y desencuentros caló en nuestra memoria y su Fatalidad, Te odio y te quiero y El Alma en los Labios siguen formando parte de nuestra vida.
Por la misma puerta 13 encontramos la tumba de una de las hermanas Mendoza Sangurima y la de Nicasio Safadi, más conocido como "El turco" y porque le puso la música a nuestro "Guayaquil de mis amores".
El cementerio tiene ya algunas rutas definidas, como la de los presidentes y los próceres, donde usted se va a encontrar con los mausoleos de 18 presidentes, 5 vicepresidentes y 8 próceres y si quiere saber quién abolió la esclavitud en Ecuador, pues dese una vueltita por la tumba de José María Urbina que fue jefe supremo de la República entre los años 1851 y 1856.
Sin embargo el presidente más visitado no se encuentra en esta ruta, sino en la puerta 14, tanto así que se tuvo que hacer esa zona un segundo patrimonio nacional del mausoleo de Jaime Roldós Aguilera. En el aire quedan las palabras del último discurso del presidente más joven que tuvo nuestro país "El Ecuador democrático, capaz de dar lecciones históricas de humanismo, trabajo y libertad. Este Ecuador Amazónico, desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la Patria!"." Era el 24 de mayo de 1981, el lugar: la Capital de la República y el sitio, el estadio Olímpico... Terminó su discurso en medio de ruidosas pifias, abandonó el estadio rumbo al aeropuerto, subió al avión y todos sabemos lo que ocurrió.

Marcando oficialmente el inicio de este panteón esta la tumba de la niña Juana Rosa Julia Correa y Pareja, que falleció el 13 de Noviembre de 1831 y en cuya lápida se puede leer: "Cuantos la vieron la amaron... sobre este sepulcro lloramos sus padres inconsolables, los que sabeis que cosa es el amor paternal, compadeced mi dolor, yo os ruego no removais sus cenizas queridas..."
La bóveda de Matilde Hidalgo de Procel está en la ruta de los personajes, ella y su legado de lucha por los derechos de la mujer que la llevaron a ser la primera mujer en graduarse de una escuela secundaria, la primera mujer en obtener un Doctorado en Medicina, la primera mujer en votar en una elección democrática en América del Sur y la primera mujer en ocupar cargos de elección popular. Ella y su ferviente anhelo porque el machismo tenga un día que morar en el cementerio.
Una tumba que se ha convertido en el ícono de los jóvenes es la de la "Jipicita" como la conocían sus amigos a Rosita Paredes Jumbo, joven, idealista, confrontadora, rebelde, víctima de las manifestaciones en contra del General Rodríguez Lara. Cuentan los guardias del cementerio que grupos de jóvenes visitan frecuentemente la tumba de la "Jipicita" y sentados durante horas, cuentan historias de ella,  como la de aquel 10 de agosto de 1973 en que se organizó una concentración por la dignidad del Magisterio junto a la columna de los próceres y que un grupo de policías persiguió a los manifestantes por la calle 6 de marzo, pero que la "Jipicita" tuvo la mala suerte de cruzarse en medio de un intercambio de balas y bombas lacrimógenas.  Luego la policía peleaba por llevarse el cuerpo, pero que los estudiantes no lo permitieron y la llevaron rápidamente a una clínica, pero nada, entró en estado de coma y murió a las pocas horas el 11 de agosto (un mes antes del golpe de Estado en Chile). Tenía apenas 20 años y era tan hermosa que se convirtió en personaje de culto como "La Rosa de Agosto".
Y desde octubre del 2003, fecha en la que el Cementerio General fue declarado Patrimonio Nacional, muchas son las instituciones, asociaciones, colegios, partidos políticos que visitan a sus patronos, Eloy Alfaro, Vicente Rocafuerte, José Joaquín de Olmedo, son los que más romerías reciben actualmente, quizás por esa necesidad de reafirmar al "hombre nuevo".
La gente sigue prefiriendo enterrar a sus muertos, aunque la cremación sea más económica y lo más recomendado, "es que estamos muy apegados a nuestras creencias y costumbres y aunque tenemos un bloque cinerario, que da cabida a 2.300 nichos, se nos ha hecho muy difícil contrarrestar esa creencia de que si se crema a nuestros muertos hay que botar las cenizas a un río, explicamos que tenemos mausoleos para nichos cinerarios, pero no se consigue mucho es difícil concientizar a los familiares de los beneficios de cremar a nuestros difuntos" nos cuenta el señor Wong, hoy nuestro guía turístico del cementerio.
Y por esta costumbre nuestra es que la ciudad blanca se fue quedando chica para los que llegaban, y aunque en Guayaquil existan más cementerios como el de Angel Maria Canals (más conocido como el cementerio del Suburbio), o los cementerios  Parques de la Paz y Jardines de la Esperanza, es el camposanto que nació y creció en las faldas del cerro del Carmen al que van el 70% de los guayaquileños. Por eso es que se está construyendo el nuevo camposanto que se llamará Panteón Metropolitano de la Junta de Beneficencia, ubicado en la vía a la Costa.
198 años de historias, de tristezas, de pérdidas, de dolor, de esperanzas y recuerdos. En el dintel de la puerta 3 sigue tan presente como el primer día el mensaje de bienvenida a la ciudad blanca


“Id Nova Vita Porta"
"Esta es la puerta de la nueva vida".

Por: Yazmín Bustán

3 comentarios:

Vamos Patria Ec dijo...

Al publicar y al hacerse comprender, se entrega algo de uno
mismo y se toma algo del otro... a partir de entonces, los actos y los pensamientos se hacen reciprocamente solidarios.

Vamos Patria Ec dijo...

Al publicar y al hacerse comprender, se entrega algo de uno
mismo y se toma algo del otro... a partir de entonces, los actos y los pensamientos se hacen reciprocamente solidarios.

Gustavo Löbig dijo...

Entré casualmente a tu blog, y me atrapó por su estilo conciso, grato, objetivo, bien hecho, y porque al leerlo he aprendido sobre temas que desconocía. Así que te dejo una cordial felicitación y una invitación abierta a visitar mi blog, donde se tratan temas polémicos de interés general. Gustavo http://lobigus.blogspot.com/