San Miguel de Bolívar es la ciudad del arcángel, de la sierra alta, ubicada en un repliegue de la cordillera occidental, en pleno centro de la provincia de Bolívar. Cuentan que la historia del nombre empezó hace muchos años atrás, cuando los esclavos españoles, en uno de sus viajes por la cordillera dejaron abandonada una imagen del arcángel San Miguel, imagen que los lugareños empezaron a venerar, cuentan también que más de alguno aseguraba que este San Miguel era milagroso. De puro agradecimiento le construyeron un altar al santo y al poco tiempo le hicieron una capilla.
Los sanmigueleños terminaron acostumbrándose a las subidas y bajadas de sus empinadas y empedradas calles, pareciera que pasan sus días sin apuro ninguno, en la tranquilidad de sus casas de estilos coloniales con balcones multicolores, generosos de siemprevivas, rosas, magnolias y crisantemos.
Las empanadas de trigo con queso y achiote son las preferidas al momento de recibir a los que llegan a la ciudad del arcángel. Empanadas redondas, preparadas en tiestos y acompañadas de un humeante y recién colado café. Recuerdos inolvidables que se llevan todos los que visitan San Miguel.
Los mas mayorcitos por su parte, argumentan que a San Miguel también se la conoce como la ciudad de la cultura, porque de esta ciudad eran casi todos los profesores que trabajaban en el magisterio nacional.
San Miguel se quedó suspendida en el tiempo, en los vientos fríos de su altura, en la serena belleza de sus paisajes, en la gallardía de su gente, en las manos laboriosas que sobre un tiesto cocinan el trigo o en las piedras de sus caminos... Entre el arcángel y los maestros... entre la sabiduría de sus ancianos y la inocencia de sus niños...San Miguel de Bolívar existe para mantener la cordura de un país que cambia día a día en busca del equilibrio entre el amor y la ambición...
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