Desde un punto de vista burocrático las cosas son
diferentes, en el instituto hay Director, hay médicos profesionales, empleados
y personal de servicio que ya dejaron el miedo de lado, funcionan como parte de
un engranaje productivo cualquiera. No por eso dejan de ser importantes,
cualquier día, uno de ellos puede haber cambiado de lugar y pasar a ser
huéspedes con ventaja de La Morgue del Guayas.
A los patios de la morgue llegan los familiares de las
víctimas, deben esperar los resultados de las autopsias, caminan agustiados,
nerviosos y solo esperan. De vez en cuando se acercan a preguntar y alguien les
pide paciencia. Al fondo una mujer restriega sus manos y llora en soledad, paso
junto a ella y oculta su rostro. Enseguida alguien le informa “recibió un tiro
en la cara, uno en el hombro izquierdo, dos en el glúteo y otro en el abdomen”,
es lo que dice el informe de la autopsia. Se resigna a la pérdida y apenas
tiene voz cuando pregunta a qué hora le van a entregar el cuerpo de su
esposo porque , "traje ropa para
vestirlo".
La tragedia es una constante diaria que se vive en este
lugar, y el dolor que acompaña a los vivos que van a retirar a sus muertos es
rutina para aquellos que trabajan en Medicina Legal.
De vez en cuando llegan madres desesperadas, ansiosas,
buscando a sus hijos, "es que mi hija no aparece desde el martes y ya la
busqué en los hospitales pero nada, me dijeron que venga aquí a...." el
guardia las hace pasar y al poco rato algunas salen aliviadas y agradecidas de
poder continuar su búsqueda, otras se quedan a llorar.
A uno lo mataron en la noche porque no se dejó robar, y sus
panas del barrio se enteraron y están haciendo guardia en las afueras de
Medicina Legal, tristeza y amargura en los que lamentan haber perdido al amigo.
Una mujer llega a retirar el cuerpo de su hermana, "la acuchillaron 28 veces, tiene que
haber sido el desgraciado del ex marido" y el dolor es solo superado por
la furia y el odio hacia el asesino que decidió que su hermana estaba mejor "muerta antes que con
otro".
Muertos que aparecen de la nada, como la del ensacado que la policía encontró una
madrugada botado en el kilómetro 34 de la vía
a la costa, que resultó ser un hacendado al que primero lo habían molido
a palos y luego lo estrangularon.
La morgue es un lugar al que nos da miedo ir, porque
evitamos reconocer nuestras bajezas, porque esos cuerpos sobre las frías losas
son el trofeo que ha reclamado la violencia, la pobreza, la crueldad, la
intolerancia, la ambición y el machismo de seres humanos que se creen el cuento
de ser hijos de Dios.
En el recorrido....
De todos los lugares a los que uno se predispone a no
visitar nunca, definitivamente el que encabeza la lista es la morgue, ese lugar
que nos recuerda lo frágil, efímera y violenta que puede llegar a ser la
naturaleza humana. Así que el día en que la Directora me encargó una nota sobre
el departamento de Medicina Legal, o más conocida simplemente como "la
morgue", la gente de redacción me miró de reojo y soltó un suspiro de
alivio.
Hubo que hacer de tripas corazón e iniciar el viaje de
investigación, dejando de lado los prejuicios,
con el compromiso de conocer todo de ese lugar del que pocos quieren
saber. Lo primero que descubrí es que
Guayaquil, es la única ciudad en el país que tiene dos morgues y esto se debe a
que la Universidad Estatal, fue la
primera en tener un anfiteatro que estaba destinado a la enseñanza y
aprendizaje de sus médicos pero como en
esa época la Policía y la Comisión de Tránsito no tenían dónde realizar las
necropsias ni las pericias médico legales, era la universidad la que les
facilitaba su anfiteatro. Luego de algunos años, la Universidad Estatal
construyó el Instituto de Medicina Legal, con fondos donados por Don Assad
Bucaram al final del cementario, por la calle Julian Coronel y ahí funcionó
hasta que hace más o menos unos 18 años, se inauguró el Hospital de la Policía
Nacional, ubicado en la Av. de las Américas. Así que a partir de esa fecha,
solo los muertos en accidentes de tránsito se quedaron en la morgue de Julián
Coronel y el resto, o sea todas las muertes
judiciales se las destinó a la morgue del Hospital de la Policía Nacional.
"La muerte no
tiene horario, por eso es que en este lugar se trabaja los siete días de la
semana y las 24 horas del día" me
cuenta el Dr. Juan Eduardo Montenegro
Clavijo, quien es director de la morgue
desde que se inauguró hace 18 años y quien fue mi guía en el recorrido por las
instalaciones de la "casa de la huesuda" como algunos la llaman.
A los pocos minutos se derriba el primer mito, la morgue no
huele a muerto, sus pasillos, consultorios, oficinas, son iguales a las que uno
encuentra en todos lados, quizás con más empeño en la limpieza y en el orden,
el Dr. Montenegro me muestra con orgullo el anfiteatro, "aquí se realizan
las necropsias, algunas veces con la presencia de estudiantes de medicina y de
leyes" y a mí particularmente y si no fuera por las planchas donde se
realiza el examen forense me parece más un aula de cualquier universidad.
Ya con un poco más de confianza y al puro estilo CSI le pido
que me muestre el laboratorio de ADN, "no, aquí no tenemos, solo hay uno y
ese está en Quito, en la Fiscalía, así que si necesitamos algo, hacemos una
cadena de custodia y mandamos la muestra".
Y viendo mi cara de desencanto me responde muy serio que no
le preocupa la ausencia de tecnología moderna "aquí lo que prima es la
tecnología humana, la del conocimiento, y esa es la importante, el resto ya irá
llegando. El estado se ha comprometido en mejorar el servicio y es un
compromiso lograr que Guayaquil, Quito y Cuenca, tengan departamentos de
Medicina Legal de primera línea".
En total hay 24 colaboradores que trabajan en Medicina
Legal, de los cuales 8 son médicos forenses. El departamento depende de la
Dirección Nacional de Investigaciones y reportan directamente a la Policía
Nacional.
El Dr. Miguel Tayupanta
atiende a un señor mayor que pide le entreguen el cadáver de su hijo,
"está listo, puede ir a la parte de atrás y con este papel lo retira, pero
antes debe firmar un documento certificando que los servicios que se le han
dado a su hijo han sido gratuitos y que usted no ha pagado nada".
Me sorprende que el cartel de "Todo trámite y servicio
es GRATUITO" se repita por todos los pasillos y consultorios de la morgue
y me cuentan que los pillos de las funerarias aprovechándose de la confusión y
dolor de los familiares del fallecido, incluyen en la factura un valor de 400 ó
500 dólares por servicio de autopsia y de formolización.
Doctor y cómo hacen con los muertos NN, esos que no tienen
papeles ni nada, ni a nadie que los identifique...? me indica que cuando llega
un indocumentado, le toman las huellas digitales, lo fotografían y se hace una
descripcion minuciosa de la ropa y se incluye si es que tiene señas o
particularidades como lunares, cicatrices, marcas que ayuden posteriormente a
identificarlo y que luego de tres meses y si es que nadie se ha acercado a
reclamar el cuerpo, amparados en la Ley Orgánica de Salud, donan los cuerpos a
las facultades de medicina, de preferencia a universidades estatales.
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"El es Eduardito, un feto a término que dejaron botado..." Dr. Juan Montenegro |
A poca distancia del anfiteatro, está el área de los
frigoríficos, con una capacidad para 32 cadáveres, que en cualquier momento se
puede duplicar, el recorrido con el Dr.
Montenegro incluye el cementerio de fetos, una colección de alrededor de 40
fetos, en distintas etapas de gestación, que han sido abandonados en basureros,
alcantarillas o esteros y que llegaron a la morgue para quedarse como la máxima
muestra de la ignorancia sexual de hombres y mujeres de nuestra patria.
Por: Yazmín Bustán