Recientemente se celebró en la capital habanera el IX Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios, evento coordinado por el Instituto Cubano de Filosofía y en el cual se dieron cita representantes de movimientos sociales de varios países de la región con el objetivo de compartir experiencias, sueños, reflexiones y proyecciones para la constitución de un proyecto colectivo y emancipatorio en nuestro continente.
A propósito de este encuentro, sostuvimos un diálogo con Claudia Korol activista y educadora popular de larga travesía quien forma parte de reconocidas organizaciones argentinas entre ellas: “Pañuelos en rebeldía”- un equipo de educación popular que desarrolla un trabajo de formación política y educación popular en movimientos sociales desde una perspectiva feminista, anticapitalista y anticolonial- y “Feministas Inconvenientes”- una red de colectivos feministas del país cuyo objetivo es promover la batalla simultánea contra todas las formas de opresión y de dominación-. Además, Claudia es docente de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo.
El diálogo que les proponemos a continuación da cuenta de sus criterios y reflexiones sobre la participación de las mujeres, los aportes del feminismo y estrategias de liberación posibles en América Latina.
- Qué lugar ocupa la participación de las mujeres y los aportes de la Teoría y el Movimiento Feminista en el debate sobre los paradigmas emancipatorios en América Latina.
Si hablamos de la actualidad, al capitalismo y al neoliberalismo se le ha sumado una cuota muy alta de exclusión social, franjas enteras de la población se consideraron descartables y frente a eso creció el rol de las mujeres en la búsqueda de alternativas de sobrevivencia, incluso hasta reproduciendo un rol tradicional como lo es el cuidado de la vida. En el caso de Argentina, las mujeres han creado desde ollas, comedores populares y también han participado en el movimiento de piqueteros.
Frente a la feminización de la pobreza, como consecuencia de las políticas neoliberales, se ha desarrollado también una feminización de la resistencia. Y eso amplía el sujeto que constituye las políticas de base del feminismo.
Uno de los aportes que desde el feminismo podemos sumar a la creación de paradigmas emancipatorios en el continente es pensar que si hablamos de capitalismo en Latinoamérica es a partir de la conquista a sangre y fuego por parte de la política colonial y patriarcal; es imposible separar capitalismo-patriarcado-racismo, fueron y son muy funcionales los unos a los otros.
Una manera de la colonización ha sido a través de los genocidios de los pueblos originarios, de los pueblos afrodescendientes, las dictaduras. Y si hablamos de genocidio tenemos que decir que los cuerpos de las mujeres también han sido territorio de esa violencia. Por ejemplo en el exterminio y dominación de los pueblos originarios la violencia sexual contra las mujeres era una forma de ejercer el control y la instauración de la familia patriarcal. Ahora en Argentina por primera vez después 30 años se comienza a denunciar la violencia sexual y la violación en los procesos de tortura durante la dictadura.
La apropiación, el disciplinamiento, la mercantilización y explotación de los cuerpos de las mujeres son parte de esa estructura de poder constituida, al igual que el racismo.
- Sin embargo, a pesar de que el movimiento feminista ha aportado estas reflexiones diversos mitos, estereotipos y prejuicios han alejado en ocasiones a la teoría y acción feminista de los movimientos sociales.
Aquí debo hablar autocríticamente de las feministas. En mi opinión a la par que hay un feminismo libertario y emancipador también existe un feminismo que en los últimos años se ha institucionalizado y lo que ha estado buscando es una integración en el sistema, eso ha generado la visualización de un feminismo burgués, como una ideología ajena a la transformación generando naturalmente, rechazo.
También el origen europeo y norteamericano de muchas de las ideas feministas crea recelo en algunos sectores. Nuestra reflexión siempre ha sido: el marxismo es europeo, no obstante lo hemos refundado desde nuestros orígenes. Y entonces ¿por qué no un feminismo enraizado en este continente?
Eso por un lado y por otro, existen movimientos sociales y populares que ven una amenaza no ya en el feminismo sino en el protagonismo de las mujeres. Es el patriarcado al interior de los movimientos. Existe una reproducción de estereotipos patriarcales de dominación, porque es más fácil que las mujeres continúen preparando la comida, o que el compañero vaya a la lucha y ella se quede cuidando a los hijos.
- Ante una lucha de clase tan compleja, entonces, ¿puede pensarse un paradigma libertario sin la emancipación de las mujeres?
Creo que un paradigma emancipatorio no puede plantearse hacer esto primero, luego lo otro y así consecutivamente, entre otras cosas porque, por ejemplo en el caso de la subordinación de las mujeres, su disciplinamiento, su domesticación quita fuerza a la capacidad de rebeldía, resta creatividad.
Entonces si nosotros que estamos promoviendo la rebeldía en nuestros pueblos y organizaciones no tomamos en cuenta esa feminización de la resistencia como un aporte y que sean sujeto de su propia historia y no reproductoras en un lugar subalterno al interior de las organizaciones, estamos restando fuerzas al movimiento y además no contamos con una mirada más completa de la historia y de la realidad de América Latina.
Si hablamos solo de una lucha anticapitalista y no incluimos la lucha antipatriarcal estamos recortando nuestra mirada del mundo, estaríamos reduciendo el problema a la dimensión económica cuando la dimensión cultural es muy importante, suficientemente compleja y que actúa en nuestra vida cotidiana.
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