El pasado 9 de diciembre, la provincia del Guayas le dijo no al trabajo infantil, todos los alcaldes de la provincia asistieron a la convocatoria y junto al Ministerio de Inclusión Económica y Social, al Ministerio de Relaciones Laborales, al Ministerio de Educación y al Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia firmaron una carta de intención para la erradicación del trabajo infantil.
Todos claros y comprometidos a no dejar solo en papel las buenas intenciones, que es necesario aplicar políticas de estado que incluyan planes, proyectos y la colaboración de todos para devolverle a los niños el derecho a una infancia feliz.
En Ecuador están trabajando actualmente alrededor de 662.664 niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años, de esta cifra el 40% pertenece a la provincia del Guayas, niños que por trabajar se han visto obligados a abandonar las escuelas y a pesar que las leyes prohiben la explotación infantil y que el Código de la Niñez y Adolescencia garantiza los derechos de nuestros niños, los organismos de control son insuficientes y siguen existiendo empresas que clandestinamente explotan a los menores de edad o en su defecto empresas que justifican contratarlos porque "los chicos deben estar haciendo algo".
Entre los trabajos que realizan nuestras niñas y niños siempre en condiciones de riesgo y explotación, están los de vendedores ambulantes, chamberos, empleados domésticos, vulcanizadores, entre otros y todos estos trabajos los realizan en condiciones de peligro y marginalidad.
Erradirar el trabajo infantil es un objetivo de este gobierno, cuánto demore en lograrlo sólo dependerá del grado de compromiso de las instituciones.
¿Y que tiene que ver eso con la paterniadad responsable? La gente pobre hace lo que puede para sobrevivir. Hay que ser más sensible y ponerse en el lugar de los otros. Hay que ayudar a la gente pobre, al condenarlos no se los está ayudando.
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